Cánones Biblicos
La palabra canon significa "regla" o "medida", así que se le llama canon bíblico
al conjunto de libros que integran la Biblia según una tradición
religiosa concreta, que los considera así "divinamente inspirados" y los
distingue de otros textos que no se consideran revelados. Estas
diferencias entre las distintas ramas del cristianismo se dan únicamente
para el Antiguo Testamento; por ejemplo, según la Iglesia católica son
46 libros, y según la mayoría de iglesias protestantes son 39. En
relación al Nuevo Testamento todas tienen el mismo número de libros.
El primer canon es el Pentateuco, el cual se compone de los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio y contiene la "Ley de Dios", que es el conjunto de los 613 preceptos del judaísmo.
Dentro del judaísmo surge disputa sobre el canon correcto. Un grupo religioso, los saduceos, sostiene que solamente conforma el canon de las Escrituras la Torá (‘la Ley’) o Pentateuco (‘cinco libros’), mientras que otros grupos también incluyen los Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim (los Escritos). Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C., el grupo judío predominante fue el de los fariseos, que sí considera al canon como conformado por la Ley, los Profetas y los Escritos. Así, a finales del siglo I el judaísmo estableció en Yamnia (Yavne)
como canon de sus libros sagrados aquellos que cumplieran tres
requisitos: que hubiera una copia del libro en cuestión que se supiera
que fue escrito antes del año 300 a. C. (cuando la helenización llegó a Judea, con los problemas culturales y religiosos subsecuentes, y que pueden leerse en libros como los de los Macabeos o el de Daniel),
que dicha copia estuviera escrita en hebreo o cuando menos arameo (no
griego, la lengua y cultura invasora) y que tuviera un mensaje
considerado como inspirado o dirigido al pueblo de Dios (con lo que
también algunos libros que cumplían las dos características anteriores
tuvieron que salir del canon).
En tiempos de Jesús de Nazaret es dominante la segunda opinión, la cual es sostenida y transmitida por muchos cristianos hasta tiempos de la Reforma Protestante con la controversia de los libros deuterocanónicos (ver «Estructura», ut supra).
Esta controversia probablemente se originó precisamente por el hecho de
que el judaísmo había establecido su canon a fines del siglo I,
con lo que para ellos ya no estaban presentes aquellos textos que solo
se encontrarían en griego (en la versión de la Biblia judía de los
Setenta). Estos libros fueron precisamente los que se considerarían,
posteriormente, como deuterocanónicos.
La versión judía de la Biblia, llamada el Tanaj, consta de 24 libros, con ciertas diferencias respecto a las Biblias cristianas. Algunas de ellas son:
- Los nombres de varios libros: Éxodo para el original Shemot (‘nombres’); Levítico para Vaikrá (‘Y llamó’).
- La subdivisión en tres secciones:
- El orden de los libros.
Actualmente, los libros que no son considerados canónicos por católicos y ortodoxos, reciben el nombre de libros apócrifos;
a su vez, esos mismos libros suelen ser denominados pseudoepígrafos por
los protestantes, que, habitualmente, respetan también el nombre de Deuterocanónicos
(literalmente, "del segundo canon") para aquellos que han recibido
reconocimiento canónico de católicos y ortodoxos (en general, son libros
escritos originalmente en griego, incluidos en la traducción al griego
de la Biblia judía conocida como Septuaginta o de los LXX). No obstante,
algunas corrientes protestantes fundamentalistas insisten en conservar
el nombre de apócrifos para los libros deuterocanónicos. Con todo, hay
que señalar, que los primeros cristianos no usaban la Biblia hebrea,
sino que usaban la Septuaginta o de los LXX por cuanto varios de los nuevos cristianos fueron judíos de cultura griega, como por ejemplo, Pablo de Tarso, San Esteban, y los evangelistas San Lucas y San Marcos.
Así pues, las versiones católicas de la Biblia constan de 73
escritos, en tanto que las más de las versiones protestantes solo
contienen 66. Sin embargo, las Biblias de los anabaptistas, luteranos, anglicanos y episcopalianos,
incluyen los deuterocanónicos, si bien bajo el rubro de "apócrifos"; ya
que los consideran "lectura edificante", pero no canónica. Las
versiones ortodoxas, por su parte, incluyen 76 libros en total. Además, la Iglesia Copta incluye en su canon del Antiguo Testamento el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos,
que no incluye ninguna de las otras corrientes actuales del
judeocristianismo, pero que eran libros bastante populares en los
tiempos de Cristo; de lo cual han quedado vestigios incluso en los
escritos del Nuevo Testamento. La Iglesia Siria reduce el número de
libros del canon, pues solo acepta 22 en el Nuevo Testamento.
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