Ll
El dĆgrafo Ll fue considerado -entre 17541 y 2010- como la decimocuarta letra del alfabeto espaƱol y su undĆ©cima consonante, pero ya no lo es. Su nombre es femenino: la elle o doble ele, plural elles.
En aragonĆ©s, asturiano, aimara, espaƱol medieval, catalĆ”n, euskera, gallego y quechua, representa tradicionalmente un fonema lateral palatal (AFI /Ź/). Actualmente, por causa del yeĆsmo en la mayorĆa de dialectos del espaƱol el dĆgrafo < ll > representa un fonema no lateral (palatal o postalveolar, segĆŗn el bloque dialectal).
En la actualidad, en buena parte de EspaƱa y de AmƩrica, el fonema
lateral palatal representado originalmente por este dĆgrafo se ha
perdido y ha convergido con el fonema palatal central representado por
la consonante Y. Este cambio fonológico se denomina yeĆsmo,
y ha avanzado notablemente en España en las últimas décadas entre las
generaciones mÔs jóvenes debido a la influencia de la radio y la
televisión (emitidas principalmente desde Madrid, que es un Ôrea
históricamente yeĆsta).
DifĆcilmente puede afirmarse que el yeĆsmo sea, bien en origen o en la actualidad, un andalucismo fonĆ©tico. En ambos lados del AtlĆ”ntico el yeĆsmo continĆŗa propagĆ”ndose en la actualidad sin que podamos establecer una relación directa de la innovación en EspaƱa y AmĆ©rica. Muy seguramente el yeĆsmo ha surgido de forma espontĆ”nea en muchas zonas del espaƱol debido al escaso papel fonológico del fonema /Ź/.
En EspaƱa la pronunciación tradicional como lateral palatal ha quedado asĆ relegada hoy casi por completo a las generaciones mĆ”s mayores y a Ć”reas rurales principalmente de Castilla, CataluƱa, Valencia, Navarra, PaĆs Vasco, Aragón, Murcia y Extremadura. Pese a la creencia de que toda AndalucĆa es yeĆsta aĆŗn quedan restos de distinción en las cercanĆas de Sevilla, norte de Huelva y zonas de la SerranĆa de Ronda (provincia de MĆ”laga).
En AmĆ©rica los paĆses que mejor conservan la distinción de /Ź/ y /Ź̞/ son Bolivia y Paraguay. AntaƱo la distinción estaba muy viva en las tierras altas de PerĆŗ, Ecuador, Colombia y zonas del norte de Argentina, hoy en dĆa tan sólo observamos restos de /Ź/ en estas regiones, entre sus hablantes mayores. En estas zonas de AmĆ©rica latina podemos constatar que la mejor conservación de la palatal lateral se ha debido a la influencia de otras lenguas que articulan el fonema /Ź/ como en el caso del quechua y el aymara. En EspaƱa tambiĆ©n es notorio el influjo del catalĆ”n y el euskera en la mejor conservación de la palatal lateral.
Por ejemplo, en catalĆ”n, como se acaba de apuntar, la pronunciación como lateral palatal se mantiene con vigor, pues en el catalĆ”n central el yeĆsmo estĆ” socialmente estigmatizado.[cita requerida] El catalĆ”n distingue ademĆ”s a la Ll de la ele larga o geminada (IPA /lĖ/), que se representa como L·l (con un punto entre ambas eles), p.ej. col·legi, paral·lel.
AsĆ como el contacto con algunas lenguas favorece la conservación de la palatal lateral (catalĆ”n, aymara, quechua), tambiĆ©n encontramos el caso contrario: el espaƱol exporta el yeĆsmo a otras lenguas en zonas bilingües. El caso mĆ”s llamativo es el del gallego, lengua que estĆ” generalizando la confusión de Ll e Y pese a que el portuguĆ©s, la lengua viva mĆ”s próxima al gallego y desciendente del mismo tronco comĆŗn que el gallego, no conoce el yeĆsmo en ninguno de sus dialectos peninsulares.
En la mayor parte de Argentina y en todo Uruguay la "Ll" se pronuncia como una fricativa alveolar sorda [Ź], el sonido de "sh" en la palabra inglesa shirt (camisa) ó de "ch" en la palabra francesa chemin (camino).
En italiano, Ll representa una ele larga o geminada (ÄæL catalana), p.ej. alla, della. Mientras que GLI representa un sonido de lateral palatal (Ll catalana o castellana), que entre vocales se alarga a elle geminada (TLl catalana), p.ej. gli, taglio (en catalĆ”n se escribirĆan: "lli", "tatllo").
En albanĆ©s, el dĆgrafo Ll representa a una lateral coronal velarizada (IPA /É«/), que suena como la caracterĆstica L catalana o como la ele dura del ruso. Mientras que L en albanĆ©s representa a una lateral coronal palatalizada (IPA /lʲ/), como la ele suave del ruso y similar a la lateral palatal catalana. AsĆ pues, los sonidos que representan L y Ll en albanĆ©s y en catalĆ”n estĆ”n intercambiados: L catalana = Ll albanesa = L dura rusa; Ll catalana ≈ L albanesa = L suave rusa.
En galés, Ll representa a una lateral fricativa (IPA /ɬ/), sonido a mitad de camino entre una sh, una h aspirada y una ele (representado en zulú como HL y en navajo mediante la misma letra que en IPA).
Real
Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española,
OrtografĆa de la lengua espaƱola (2010), tapa rĆŗstica, primera edición
impresa en MƩxico, Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V., bajo el
sello editorial ESPASA M.R., MƩxico D.F., marzo de 2011, pƔginas 64 y
65.
Ll, en el Diccionario de la lengua espaƱola de la Real Academia EspaƱola
Real
Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española,
OrtografĆa de la lengua espaƱola (2010), tapa rĆŗstica, primera edición
impresa en MƩxico, Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V., bajo el
sello editorial ESPASA M.R., MƩxico D.F., marzo de 2011, pƔgina 65,
"Información adicional".
Diccionario panhispƔnico de dudas, Santillana Ediciones Generales, ISBN 958-704-368-5, pƔg. 5-6
En aragonĆ©s, asturiano, aimara, espaƱol medieval, catalĆ”n, euskera, gallego y quechua, representa tradicionalmente un fonema lateral palatal (AFI /Ź/). Actualmente, por causa del yeĆsmo en la mayorĆa de dialectos del espaƱol el dĆgrafo < ll > representa un fonema no lateral (palatal o postalveolar, segĆŗn el bloque dialectal).
Historia
En la OrtografĆa de la lengua espaƱola de 1754 comenzó a considerĆ”rsele como una letra del alfabeto espaƱol y partir de la publicación de la cuarta edición del Diccionario de la lengua espaƱola en 1803,2 el dĆgrafo ll tuvo un apartado propio en esa obra debido a su valor fonĆ©tico exclusivo.3 Durante el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua EspaƱola celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios organismos, se acordó reordenar los dĆgrafos ch y ll en el lugar que el alfabeto latino bĆ”sico les asigna, aunque todavĆa seguĆan formando parte del alfabeto.4 Con la publicación de la OrtografĆa de la lengua espaƱola de 2010, tanto la ch como la ll dejaron de considerarse letras individuales, y el alfabeto espaƱol ya no las incluye mĆ”s. Esto no supone, de ninguna manera, que desaparezcan de la escritura: simplemente, dejan de contarse entre las letras del abecedario.5Pronunciación
Valla; calle; Llivia; llorar; lluvia
Ćreas yeĆstas y distinguidoras en el dominio del espaƱol.
DifĆcilmente puede afirmarse que el yeĆsmo sea, bien en origen o en la actualidad, un andalucismo fonĆ©tico. En ambos lados del AtlĆ”ntico el yeĆsmo continĆŗa propagĆ”ndose en la actualidad sin que podamos establecer una relación directa de la innovación en EspaƱa y AmĆ©rica. Muy seguramente el yeĆsmo ha surgido de forma espontĆ”nea en muchas zonas del espaƱol debido al escaso papel fonológico del fonema /Ź/.
En EspaƱa la pronunciación tradicional como lateral palatal ha quedado asĆ relegada hoy casi por completo a las generaciones mĆ”s mayores y a Ć”reas rurales principalmente de Castilla, CataluƱa, Valencia, Navarra, PaĆs Vasco, Aragón, Murcia y Extremadura. Pese a la creencia de que toda AndalucĆa es yeĆsta aĆŗn quedan restos de distinción en las cercanĆas de Sevilla, norte de Huelva y zonas de la SerranĆa de Ronda (provincia de MĆ”laga).
En AmĆ©rica los paĆses que mejor conservan la distinción de /Ź/ y /Ź̞/ son Bolivia y Paraguay. AntaƱo la distinción estaba muy viva en las tierras altas de PerĆŗ, Ecuador, Colombia y zonas del norte de Argentina, hoy en dĆa tan sólo observamos restos de /Ź/ en estas regiones, entre sus hablantes mayores. En estas zonas de AmĆ©rica latina podemos constatar que la mejor conservación de la palatal lateral se ha debido a la influencia de otras lenguas que articulan el fonema /Ź/ como en el caso del quechua y el aymara. En EspaƱa tambiĆ©n es notorio el influjo del catalĆ”n y el euskera en la mejor conservación de la palatal lateral.
Por ejemplo, en catalĆ”n, como se acaba de apuntar, la pronunciación como lateral palatal se mantiene con vigor, pues en el catalĆ”n central el yeĆsmo estĆ” socialmente estigmatizado.[cita requerida] El catalĆ”n distingue ademĆ”s a la Ll de la ele larga o geminada (IPA /lĖ/), que se representa como L·l (con un punto entre ambas eles), p.ej. col·legi, paral·lel.
AsĆ como el contacto con algunas lenguas favorece la conservación de la palatal lateral (catalĆ”n, aymara, quechua), tambiĆ©n encontramos el caso contrario: el espaƱol exporta el yeĆsmo a otras lenguas en zonas bilingües. El caso mĆ”s llamativo es el del gallego, lengua que estĆ” generalizando la confusión de Ll e Y pese a que el portuguĆ©s, la lengua viva mĆ”s próxima al gallego y desciendente del mismo tronco comĆŗn que el gallego, no conoce el yeĆsmo en ninguno de sus dialectos peninsulares.
En la mayor parte de Argentina y en todo Uruguay la "Ll" se pronuncia como una fricativa alveolar sorda [Ź], el sonido de "sh" en la palabra inglesa shirt (camisa) ó de "ch" en la palabra francesa chemin (camino).
En italiano, Ll representa una ele larga o geminada (ÄæL catalana), p.ej. alla, della. Mientras que GLI representa un sonido de lateral palatal (Ll catalana o castellana), que entre vocales se alarga a elle geminada (TLl catalana), p.ej. gli, taglio (en catalĆ”n se escribirĆan: "lli", "tatllo").
En albanĆ©s, el dĆgrafo Ll representa a una lateral coronal velarizada (IPA /É«/), que suena como la caracterĆstica L catalana o como la ele dura del ruso. Mientras que L en albanĆ©s representa a una lateral coronal palatalizada (IPA /lʲ/), como la ele suave del ruso y similar a la lateral palatal catalana. AsĆ pues, los sonidos que representan L y Ll en albanĆ©s y en catalĆ”n estĆ”n intercambiados: L catalana = Ll albanesa = L dura rusa; Ll catalana ≈ L albanesa = L suave rusa.
En galés, Ll representa a una lateral fricativa (IPA /ɬ/), sonido a mitad de camino entre una sh, una h aspirada y una ele (representado en zulú como HL y en navajo mediante la misma letra que en IPA).
Referencias
- Desde la segunda edición de la ortografĆa acadĆ©mica, publicada en 1754, venĆan considerĆ”ndose letras del abecedario espaƱol los dĆgrafos ch y ll (con los nombres respectivos de che y elle), seguramente porque cada uno de ellos se usaba para representar de forma exclusiva y unĆvoca un fonema del espaƱol (antes que la extensión del yeĆsmo alcanzara los niveles actuales y diera lugar a que hoy el dĆgrafo ll represente dos fonemas distintos, segĆŗn que el hablante sea o no yeĆsta). Es cierto que se diferenciaban en esto de los demĆ”s dĆgrafos, que nunca han representado en exclusiva sus respectivos fonemas: el fonema /g/ lo representa tambiĆ©n la letra g ante a, o, u (gato, goma, gula); el fonema /k/ se escribe ademĆ”s con c ante a, o, u y con k (cama, cola, cuento, kilo, Irak); y el fonema /rr/ se representa con r en posición inicial de palabra o detrĆ”s de consonante con la que no forma sĆlaba (rama, alrededor, enredo).
- Sin embargo, este argumento no es vĆ”lido desde la moderna consideración de las letras o grafemas como las unidades mĆnimas distintivas del sistema grĆ”fico, con independencia de que representen o no por sĆ solas una unidad del sistema fonológico. Por lo tanto, a partir de este momento, los dĆgrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario espaƱol, lo cual no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema grĆ”fico; es decir, estas combinaciones seguirĆ”n utilizĆ”ndose como hasta ahora en la escritura de las palabras espaƱolas. El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes bĆ”sicos, ya que los dĆgrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el espaƱol se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabĆ©tica, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.
Debido a su anterior consideración de letras del abecedario, los dĆgrafos ch y ll tuvieron un apartado propio en el diccionario acadĆ©mico desde su cuarta edición (1803) hasta la vigesimoprimera (1992), de modo que las palabras que comenzaban por esos dĆgrafos o los contenĆan se ordenaban alfabĆ©ticamente aparte, es decir, despuĆ©s de completarse la serie de palabras con c y l. En el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua EspaƱola, celebrado en Madrid en 1994, sin dejar de considerar aĆŗn los dĆgrafos ch y ll como letras del abecedario, se acordó no tenerlos en cuenta como signos independientes a la hora de ordenar alfabĆ©ticamente las palabras del diccionario. AsĆ, en la vigesimosegunda edición del DRAE (2001), primera publicada con posterioridad a dicho congreso, las palabras que incluĆan esos dĆgrafos ya se alfabetizaron en el lugar que les correspondĆa dentro de la c y de la l, respectivamente.
- Real Academia EspaƱola, ed. (2010). «Exclusión de los dĆgrafos ch y ll del abecedario». Consultado el 20 de diciembre de 2014.
Enlaces externos
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