La Imprescindible Arqueologia
Una sociedad sin escritura debe confiar en la tradición oral para conservar los rastros de su pasado. Los relatos y mitos pretéritos son transmitidos oralmente de generación en generación, lo que a menudo requiere una enorme capacidad de memoria por parte de algunos miembros de la sociedad. Esta narrativa memorista desaparece cuando la misma sociedad muere.
La arqueologĆa se convierte de este modo en el Ćŗnico medio para reconstruir la naturaleza y los sucesos de la prehistoria, a travĆ©s del estudio de los restos materiales dejados por los pueblos sin escritura: sus zonas de residencia, sus utensilios, asĆ como sus grandes monumentos y sus obras de arte. La excavación de un yacimiento prehistórico aporta testimonios que permiten suponer, por ejemplo, que una tumba debió pertenecer a un hombre (mediante el anĆ”lisis del esqueleto) y que Ć©ste pudo ser un personaje de gran importancia (gracias a la presencia de un rico ajuar funerario). Pero no puede decirnos, sin embargo, cuĆ”l era su nombre, quĆ© habĆa hecho, quĆ© lengua hablaba o quĆ© fue lo que dijo. Por esta razón, el estudio de la prehistoria tiende a centrarse en aspectos mĆ”s amplios, como son la evolución de los pueblos y de las culturas o el desarrollo de la tecnologĆa y de las ideas, cuestiones inducidas a partir de los artefactos que han llegado hasta nosotros.
Ali Meyer/Bridgeman Art Library, London/New York
En la primera mitad del siglo XIX, el arqueólogo danĆ©s Christian Thomsen estableció, en su GuĆa de las antigüedades nórdicas (1836), la clĆ”sica división de la prehistoria
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